¿Y dale que escribimos el primer post?

Empezar es siempre difícil. Sea un blog, un mail, un libro o lo que sea, hay que empezar con la hoja en blanco. Superado ese primer momento, suele pasar que te aparece una cataratas de ideas desordenadas que tenés ganas de escribir pero no todas se relacionan. Y así empezamos a escribir esto.

Ahora sí, a un par de renglones de haber empezado ordenamos un poco mejor las ideas y contamos que este blog nace tras definir que viajaremos por el país compartiendo propuestas de juego y disfrutando de viajar, descubrir y aprender.

El viaje empezó hace bastante, casi un año, cuando sentados en Praia Preta nos dimos cuenta que nos encanta viajar y generar propuestas lúdicas. La idea fue madurando en nuestras cabezas, en empezar a ver qué llevaríamos, a dónde iríamos y hasta que en un momento nos dijimos -¿y si nos vamos a recorrer el país?-, -¿Y dale que llevamos juegos y cosas para compartir?- y todo empezó a tomar otro gustito... Fuimos a aprender a manejar, empezamos a seleccionar materiales, a contactarnos con gente, a contarlo, a escuchar recomendaciones, a convencernos que íbamos a dejar la "gran" ciudad, a planificar, a soñar...

De a poco empezamos a definir ganas, qué cosas sí y cuáles no, nos pusimos a pensar en la libertad, en los sueños, imaginamos cómo son las propuestas tan lejos de donde se transita nuestra rutina y definimos que estaría bueno dejarse llevar, empaparnos de realidades, contagiarnos de las luchas y alegrías de cada lugar, nutrirnos de gente distinta, lejana en la distancia y cercana en energías. Disfrutando, animándose, con otras y otros. Poniendo en juego nuestra creatividad, nuestras ideas, nuestras dudas y certezas, la confianza en las personas.

Estamos seguros que volveremos llenos de esperanza para afrontar la vida de otra manera, desde otro lugar, dándole valor a otras cosas, teniendo mucho para contar.

(12/12/2009)

viernes, 16 de julio de 2010

Escuelita del Río: escuela experimental

La Escuelita del Río es una propuesta dentro de la educación formal que busca tener otro vínculo con los y las estudiantes, y eso se puede ver al entrar. Con recreos que se parecen a momentos de “juego libre” de las Juegotecas, con materias como teatro o cerámica, con directivos cerca de los pibes y maestras participando de los juegos. Los grupos no son muy numerosos, tienen apenas 15 chicos, todos se conocen por los nombres, sean del grado que sean. Los docentes tienen un vínculo especial con cada uno de los chicos que los hace muy unidos.

A este lugar llegamos a compartir unos juegos y fue muy divertido compartirlos con gente que gusta de jugar y demuestra hacerlo a menudo.



Comenzamos con EGB 3: Juegos Cooperativos. Eran unos cincuenta, quienes se dividieron en dos grupos para superar los diferentes desafíos que les propusimos. Los superaron a todos, el grupo con mayoría de gente de 7mo más a los ponchazos, pero yendo para adelante, el grupo con mayoría de 9no mucho más metódico, dándose la palabra para hablar y opinar hasta llegar a alguna idea que les cierre. Terminamos armando un puente con una soga para que pasaran por encima. Pasaron todas las personas que quisieron, sin importar pesos, tamaños ni nada de eso. Y lo más importante, la gran mayoría nunca soltó la soga para que pudiera pasar quien quisiera.

Seguimos jugando con EGB 2 y a la tarde con EGB 1, haciendo algunos juegos de ronda, el cartero, Iá Jondom, escondida de telas. Los docentes estuvieron siempre presentes, ayudando y jugando a la par de los chicos. Por la tarde también estuvimos con los chicos del Jardín, que nos brindaron su alegría y sus ganas de jugar. Hicimos canciones (como Vengan a ver mi granja y Merequeté) y juegos de persecución (como La Mosca). Los chicos más grandes querían seguir jugando y se quedaban dando vueltas por ahí. Incluso algunos pedían hacer juegos que habían visto que hacíamos con otros grupos. Nos habíamos propuesto no repetir juegos con los diferentes grupos así se los podían contar y compartir.




Queremos destacar que en uno de los grupos había un nene ciego que, con algunas indicaciones de su maestra, pudo participar de las actividades. Pero esto es algo que no sabíamos a la hora de planificar, así que algunas actividades las fuimos cambiando y otras no nos dábamos cuenta de que tenían que ver con la visión. Hasta que no te pasa que participa un nene ciego, no tomás conciencia de en qué medida los juegos tienen que ver con la visión: juegos de coordinación, de copiar un movimiento... Algunos de los mismos, los pudo realizar sin problemas, otros necesitaban ser “traducidos” y otros no los pudo hacer porque implicaban imitación de movimientos. Fue un disparador interesante para ponernos a pensar qué actividades se pueden hacer que no impliquen visión o audición o movimiento. Hay veces que hay que hacer modificaciones y otras que no, la persona simplemente se adapta y por ahí hace algo diferente pero que no implica que se tenga que quedar afuera.

Una vez nos pasó que en un jardín de Río Gallegos, a una nena le faltaba un brazo. Y cada actividad que propusimos tenía que ver con tomarse de las manos o hacer algún movimiento con las mismas. Y no habíamos tomado conciencia hasta ese momento de lo mucho que usábamos las manos en los juegos que hacíamos. En ese caso no hicieron falta modificaciones de fondo porque las compañeras la tomaban del hombro o hacía los movimientos con una sola mano.

También en la Escuelita del Río un nene estaba con andador, sin embargo hizo todas las actividades normalmente, aunque con alguna dificultad propia de la discapacidad. La clave, sin dudas fueron sus compañeros y compañeras que lo esperaban y sumaban a cada propuesta. Con ellos ¡jugamos a esconder a compañeros bajo las telas!

Fue una experiencia excelente. Le agradecemos mucho a Rita el habernos invitado y tratado tan bien. Les debemos otro encuentro porque nos pidieron repetirlo pero ya nos estábamos yendo a Puerto San Julián. La próxima vez será, porque seguramente volveremos a pasar por Piedra Buena.



Compartimos un juego que nos enseñó Sergis, un gran murguero y recreador que adaptó la Cinchada para transformarla en un juego cooperativo: la Cinchada Puente.

La propuesta es similar: dos equipos, toman una soga de cada lado y la mantienen tirante como en la previa a iniciar el juego. La diferencia importantísima es que una persona de uno de los equipos se soltará de la soga e intentará llegar hasta el otro lado ¡caminando por encima! utilizándola como puente. Para ello, los dos equipos deberán mantener firme la soga como para que esa persona se sienta segura al caminar por arriba. Es importante que una persona que esté facilitando el juego vaya llevándolo/a de la mano. Se puede agregar, para comprometer más a ambos grupos que, si lo logran "ganan ambos equipos" y sino, ganarán quienes han propuesto el juego.

Lo que suele suceder es que, a medida que empiezan a pasar otras personas por sobre el puente, los equipos se empiezan a mezclar para mantener la soga más pareja y porque la gente pasa de un lado al otro.

Invitamos a probarlo, ¡nosotros lo hemos compartido con peques, adolescentes y adultos!

1 comentario:

  1. ... que sigan los éxitos !!! (cuándo vienen a mimarnos un poquito?)

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